Galería Theotokópoulos

AMBERES ca 1550 - Virgen con Niño

17. Virgen con Niño
Óleo sobre tabla
Medidas: 37 x 25,8 cm.

La iconografía de “Virgen con Niño” fue muy solicitada por la burguesía, que gustaba de poseer imágenes amables destinadas a su devoción privada. En primer plano, se nos muestra a María en posición sedente. Con un ligero giro de cabeza, contempla a Jesús que se encuentra sobre sus rodillas y mira al espectador mientras le muestra una manzana, que es el símbolo del Pecado Original redimido por la Pasión de Cristo en la cruz. María y Jesús son representados en un bello paisaje, plagado de árboles de menudas hojas, donde se encuentran símbolos muy relacionados con la temática de la Salvación: el carnero, al ser utilizado como animal de sacrificio, está relacionado con la muerte de Cristo; sin embargo, la cigüeña está asociada con la Primavera, y por lo tanto con la Nueva Vida que alcanzaremos gracias a la Pasión de Jesucristo
Esta pintura fue realizada en Amberes hacia 1550, estilísticamente es próxima a la obra de Pieter Coecke y más concretamente a los pintores de su entorno. La personalidad plástica del Maestro que pintó esta obra esta emparentada con la manera de hacer del Maestro del Papagayo. La monumentalidad de las figuras, los rasgos suaves de María, la forma de hacer las sombras del rostro de la Virgen, sus cabellos rubios, casi dorados, de finos rizos separados entre sí y sus ojos almendrados, en los que brilla una gran expresión de ternura, son constantes en el arte del Maestro antuerpiense. Este artista ha sabido plasmar la delicadeza de los gestos de las manos de los personajes que es tan habitual en la escuela de Pieter Coeck.
Singulariza esta pintura el tratamiento lumínico. El pintor se ha recreado en plasmar con delicados matices las transiciones de la luz. Si se observa detenidamente el rostro de María, llama la

atención la luminosa y cálida luz que la baña desde lo alto del lado izquierdo. La parte derecha del rostro que recibe la luz directamente se modela con sutiles y delicados matices. Los párpados tienen diferentes gradaciones, el derecho del rostro más luminoso que el izquierdo como una representación agudamente naturalista como esta refleja. La nariz es prodigiosamente definida, con traslúcidas sombras hechas de sutilísimas veladuras. Los labios de un delicado tono naranja, sombreado sutilmente el inferior y definido en el matiz más acusado de las comisuras. El lado izquierdo del semblante presenta una geometrizada sombra que enfatiza el ovalo del rostro de María. Esa sombra tierra verdosa es de una transparencia asombrosa, por el limpísimo matiz que la produce. Pero lo más sorprendente es el carácter que el artista ha dado a las luces reflejadas que iluminan la parte en sombra. Es un prodigio técnico la manera de resolver las luces y sombras del cuello y el efecto que produce toda esa parte en semipenumbra. Es también digno de resaltar el otro lado del cuello y comienzos del hombro por su penumbra tan acertada. Toda la obra mantiene una gran calidad en el tratamiento de la luz nos hace pensar que este Maestro anónimo tuvo relación e influencia de Jan van Scorel, pues con él contacta profundamente en ese interés y sabiduría a la hora de plasmar la luz.

Bibliografía de esta obra: Catálogo Theotokopoulos
Bibliografía referente a este autor: Collobi Ragghianti, L.: “Dipinti Fiaminghi in Italia (1420-1570)”, 1990; C. Grössinger: “North European Paintings”, Londres, 1992. Friedländer, M.: “Early Netherlandish Paintings”, Londres, 1969; Marlier, G.: “Pierre Coeck d´Alost”, Bruselas, 1966.