AMBERES, 1683-1750
32. Paisaje fluvial animado
Óleo sobre lienzo
Medidas: 43 x 57 cm.
Firmado: Bruegel
Desde el siglo XV en los Países Bajos hay un interés especial por la pintura de paisaje. Ya en los primitivos flamencos Jan van Eyck, Roger van der Weyden, Hugo van der Goes, etc. destacan asomando en los huecos de sus ventanas o en los fondos de sus pinturas religiosas. El Bosco los utiliza como escenario donde desarrollar sus temas y más tarde Patinir hace que en sus cuadros el paisaje sea más importante que el asunto que representan. Cada vez son más complejos, no son paisajes reales sino que toman elementos de la realidad, en Joos van Cleve y Joachim Patinir son totalmente imaginarios, siendo el paisaje el protagonista de la pintura, llegando a tener más importancia que el tema del cuadro. Peter Brueghel el Viejo, discípulo y yerno de Pieter Coeck, se diferencia de todos sus contemporaneos; sus cuadros tienen por asunto el paisaje en si mismo, se independiza totalmente creando un genero nuevo, la pintura de paisaje. Le seguirán todos los pintores flamencos y holandeses de finales del siglo XVI y principio del XVII. En este momento la pintura de paisaje adquirirá gran popularidad en los Países Bajos y sobre todo en Amberes. Surgen gran cantidad pintores que se especializan en este género. Karel van Mander, da en su libro una importancia muy especial al género de paisaje porque como bien dice: “era enormemente popular en los Países Bajos y especialmente en Amberes”.
En este momento, Amberes es el centro pictórico más importante de Europa. El coleccionismo de obras de arte, alcanza tal nivel en los Países Bajos y sobre todo en esta ciudad, que atrae a pintores de todos los puntos del mapa y a compradores de todos los niveles sociales, nobles, burgueses coleccionistas y comerciantes de obras de arte, se dan cita en Amberes en sus talleres y en sus mercados de pintura. En esta ciudad trabajan Rubens, Van Dick y Jordaens, las sagas familiares de pintores son habituales, hay familias de varias generaciones, descendientes de grandes maestros del siglo XV y XVI, los Teniers, los Kessel, los Brueghel etc. En este momento Jan Brueghel de Velours, hijo de Peter Bruegel el viejo, discípulo de su abuela, la miniaturista Mayken Bessemens, segunda esposa de Pieter Coeck, sigue los pasos de su padre, se especializa en pintura de paisajes entroncados con la tradición del siglo anterior, flores, escenas mitológicas, etc. Crea un nuevo tipo de paisaje representando
escenas populares, portuarias o fluviales, mercados con pequeñas figuras de personajes, flores y animales de una calidad excepcional, animales imposibles, como nunca nadie los había pintado, atraen la atención de una gran clientela, con tal fuerza que no decaerá el interés hasta siglo y medio más tarde.
Amberes se conoce en el mundo por la calidad de sus pinturas y la creatividad de sus pintores, en esta ciudad, surge el género de pintura de gabinetes, batallas, paisajes urbanos, de coleccionismo, de interiores de iglesias etc. También se pintan grandes retablos. Amberes fue en el siglo XVI y XVII la ciudad que tuvo más pintores y marchantes de arte de todo Europa.
El Gremio de Amberes, controlaba y vigilaba la calidad técnica y material de las obras, los pintores debían estar inscritos en el Gremio de San Lucas, pasar las pruebas de calidad siendo juzgadas sus obras por un jurado compuesto por maestros de la pintura. Además, se les exigía un minucioso cuidado de los soportes, normalmente tablas de roble, o planchas de cobre y lienzos, controlados por la ciudad de Amberes y a partir de 1617 era habitual el marcado de los soportes con las marcas de la ciudad.
Se había puesto de moda, entre las clases superiores, lo idílico y bucólico en literatura y poesía y por lo tanto también en pintura. La burguesía y el coleccionismo adquirían casas en el campo siguiendo el ejemplo de personajes destacados como Rubens que se había comprado “El chateau de Steen”, donde vivió y pintó sus paisajes en los últimos cinco años de su vida. Había gran demanda y un gusto especial por los paisajes tradicionales flamencos que había implantado Jan Brueghel de Velours, hasta muy entrado el siglo XVIII los clientes los siguen demandando. Tanto es así que su propio hijo Jan Brueghel II cuando vuelve de Italia por la muerte de su padre, aprovecha este interés del público por los paisajes tradicionales, que se dedica a hacer meticulosas copias de su padre para venderlas en el mercado de Amberes.
Los pintores de esta segunda mitad del siglo XVII atendiendo las peticiones y el gusto del coleccionismo por lo más tradicional trabajan al estilo de Jan Brueghel de Velours, existen en este momento también dos tendencias que conviven al igual que sucedió en el siglo XVI en la pintura religiosa: los pintores arcaizantes, seguidores de la tradición con una calidad pictórica excepcional, en pequeño formato, basándose en las obras de Jan Brueghel de Velours o incluso a veces copiándolas literalmente. Maestros como P. Gyssels, I. van Oosten, P. Bout, T. Michau, Beschey o los Bredael. Estos son más solicitados que los nuevos paisajistas de Bruselas Louis de Vadder y Jaques d´Artois, más modernos y con una nueva visión del paisaje, escenas muy decorativas, afines a los que Rubens había pintado los cinco últimos años de su vida, que seguían la tradición de Paul Bril y Conixloo. Los paisajes tradicionales sobreviven hasta bien entrado el siglo XVIII. En los Países Bajos se apreciaba más en las obras, el nivel de calidad pictórico que la originalidad o la invención del tema.
Jean François van Bredael forma parte de una de las famosas dinastías familiares de pintores de Amberes, su abuelo Pierre fue pintor de paisajes italianizantes, su tío Jean Pierre era comerciante de cuadros y restaurador, pintaba también naturalezas muertas y paisajes, Georges, pintaba batallas, Alexandre, escenas de procesiones y fiestas, mientras que Jean Pierre el joven, continua como su padre, pintando batallas.
Jean François fue hijo de Alexandre al igual que Joseph. Nació en Amberes en 1683? y murió en la misma ciudad en 1750. Después de haber sido discípulo de su padre, se compromete con el marchante de cuadros J. de Wite para hacer durante nueve años paisajes tradicionales al estilo de Brueghel de Velours, tan demandados por el coleccionismo de la época. Deschamps dice “Si es imposible distinguir sus copias, es más difícil hacerlo en sus composiciones basadas en obras de Jan Brueghel de Velours”. Viajó a Francia y a Inglaterra, volvió a Amberes
en 1725. En las obras de Jean François no se puede hablar de copias, sus composiciones inspiradas en la serie “pueblos a la orilla del mar” de Jan Brueghel de Velours, son interpretaciones muy personales. Cada personaje, cada barco, está rodeado de un trazo negro que le da cierta firmeza al conjunto de la composición, las hojas de sus arboles, similares a las de Jan, son tratadas con pequeños toques precisos. El cielo es delicado y muy matizado, sus característicos soles amarillos rayados, son únicos, los azules se mezclan con un tono violáceo en el horizonte, todo esto junto a la vaporosidad que consigue darles a las nubes, demuestra que Jan François conocía muy bien su oficio, en sus pinturas predominan los tonos verdes, mientras que en Jan Brueghel de Velours, los azules. Jean François tiene una personalidad propia, en ningún momento trata de hacer un Brueghel, pinta un Bredael.
Se conocen pocos cuadros de su mano firmados, uno en el Museo de Wuzbury y una pareja en colección privada, es de suponer que su obra está distribuida en atribuciones a otros pintores, incluso a Brueghel de Velours, algunos de sus cuadros estaban firmadas JB o IB. El gusto del público de la época por los pequeños paisajes brueghelianos hace que la tradición legada por Jan Brueghel de Velours esté viva hasta bien entrado el siglo XVIII.
Las nuevas corrientes artísticas, modifican el estilo pero no las características esenciales del paisaje tal como lo concebía Jan Brueghel de Velours, con un realismo pintoresco y un agradable y brillante colorido van dejando paso a colores más atenuados y anuncia los cambios que se darán en el paisaje del siglo XVIII.
Bibliografía de esta obra: Catálogo Theotokopoulos
Bibliografía referente a este autor: Y. Thierry y M. Kervyn de Meerendre, “Les peintres flamands de paysage au XVII siecle”, Bélgica 1987.
Museos que tienen obra de este autor: Martin von Wagner Museun (Wuzburg), colección privada Dijon, colección privada España, etc.