Descripción
Pertenece al pequeño grupo de pintores del entorno de Pieter Coecke que influidos por el Maestro y seguidores de su estilo, sus trabajos, no pueden considerarse simples obras de taller. Según G. Marlier, cada uno de éstos maestros son lo suficientemente coherentes y con unas características bien definidas como para dar al artista, del que desconocemos su identidad, un nombre que le distinga entre sus compañeros. En el caso de nuestro Maestro, toma su nombre de la capilla de Santa Anna Almshouse en Leiden donde se localizó la primera obra conocida de este autor.
En esta obra, el pintor ha llevado a cabo una miscelánea a partir de dos iconografías muy relevantes y muy apreciadas por los comitentes de la época: la Sagrada Familia y la Virgen de la Leche. El asunto de la “Sagrada Familia” comienza a adquirir importancia justo en el siglo XVI, cuando la figura de San José deja de ser un personaje secundario para tener un papel más activo en la crianza de Jesús. Concretamente, en esta tabla podemos apreciar como San José observa al Niño con mirada paternal mientras sostiene con una mano la manzana que es símbolo de Redención. En cuanto al tema de la “Virgen de la Leche”, es una representación que podemos situar en el Gótico, y tal y como indicaba Aída Padrón simboliza la Iglesia-Madre: “los hijos de la Iglesia son hijos de María y así como la Virgen alimentó a Cristo, así la Iglesia continuó alimentando a todos los cristianos”. Es importante señalar que, como otros maestros, el de Santa Anna Hofje pinta detalles anacrónicos en el traje de la Virgen, cuyas
mangas de brocado y acabados de armiño recuerdan a los vestidos de las mujeres burguesas de la época. Tampoco podemos olvidar el collar de coral que lleva el Niño, muy utilizado por las madres del siglo XVI, quienes pensaban que el coral tenía poderes profilácticos que protegían a sus hijos.
Como suele hacer Pieter Coecke, el Maestro de Santa Anna Hofje tambien coloca a las figuras en un primer plano, tras un antepecho sobre el que dispone diversos elementos como uvas que son metáfora de la sangre de Cristo, ademas de un rico cojín sobre el que se acomoda al Niño, cuyo canon estilizado y anatomía marcada recuerdan en efecto a Coecke. También encontramos semejanzas en los tipos de la Virgen y San José, por los cabellos minuciosamente tratados en sus rizos, las narices de perfil recto y los labios curvilíneos. Es evidente que la combinación de dibujo y color es esencial en el Maestro de Santa Ana Hofje, ya que con ambas técnicas subraya el sentido escultórico de las figuras, que a su vez contrasta con la liviandad del paisaje de fondo.
Bibliografía de esta obra: Expertizada en curso de incorporarse a la historiografía del Arte Flamenco mediante publicación científica.
Bibliografía referente a este autor: Marlier, G.: “Pierre Coeck d´Alost”, Bruselas, 1966, pag 401.
Museos que poseen obra de este autor: Santa Anna Hofje de Leyden, Universidad de Lieja.