El año pasado celebramos el cuarenta aniversario de Feriarte. Este año, nosotros cumplimos sesenta y cinco; tiempo de jubilación y de descanso. Ha sido una larga trayectoria en este privilegiado universo del arte. Desde nuestra atalaya (que ya es historia), asombrados, contemplamos nuestro largo periplo. ¡Que fantástico viaje ha sido! Estamos muy satisfechos de ese recorrido y de la afortunada permanencia de casi medio siglo. No nos jubilaremos. Nuestra vida está definida por nuestra actividad de comprar y estudiar obras de arte. No lo haremos, porque no podemos hacerlo. No podríamos ser coleccionistas, porque nuestra economía no nos lo permite: “moriremos con las botas puestas” en nuestra actividad. Nuestro padre, consiguió que le llevasen en silla de ruedas, a visitar a un colega cercano, con la intención de comprarle algo: quince días antes de su fallecimiento. Este es nuestro deseo: estar en arte hasta el final.
Es cierto que parte de ese recorrido vital, lo hemos realizado renunciando a deseos materiales, comodidades y caprichos, que nuestra sociedad de consumo proporciona. Fuimos pioneros en España, de la especialización en pintura y escultura, en un tiempo en que todos nuestros colegas eran generalistas. Precursores, empecinados en nuestro objetivo, asumimos las dificultades que suponía, y no cejamos en nuestro empeño.
La crisis, ha hecho disgustarse y desilusionarse a muchos profesionales del arte antiguo y moderno. Les ha hecho enfadarse con su actividad, aburrirse y aspirar a dejarlo lo antes posible. Nosotros nos consideramos afortunados por haber subsistido. Seguir en arte, es para nosotros algo prioritario y fundamental. No contemplamos otro horizonte posible. Resistiremos, como dice la canción del “Dúo Dinámico”.
En nuestra actividad, se ha reducido el tiempo dedicado a atender a amigos aficionados, pues sus visitas se han reducido. También ha disminuido el tiempo dedicado a ver obras de arte para su adquisición. La oferta de obras de cierto nivel ha disminuido notablemente. No se considera momento oportuno para vender obras de notoria importancia. La consecuencia es que hemos dispuesto de más tiempo para estudiar, pintar, restaurar. Estamos muy tranquilos y felices, porque hemos podido proseguir y no cerrar. Hemos podido vivir como siempre, quizás con el cinturón un poco más apretado.
Nos ha parecido oportuno expresar nuestra satisfacción y profunda alegría. Porque consideramos una autentica bendición poder dedicar nuestro tiempo al arte y la cultura. Mas que un negocio lo nuestro es una “vocación”. Muchos de nuestros clientes comparten con nosotros esa afición y deseo de conocimiento. Solo algunos de ellos, han podido esforzadamente, seguir adquiriendo alguna obra. Los más, palpitan esperanzados en recuperar pronto esa posibilidad.
En este tiempo hemos perdido a algunos entrañables amigos, que siempre nos acompañarán. Queremos señalar especialmente, a un hombre que nos marcó profundamente, a pesar de que no pudimos tener todo el contacto que hubiésemos deseado. Nos iluminó con su forma de ser, con su estilo, educación, sencillez y humanidad. Tuvimos la fortuna de impregnarnos con su ejemplo: rezumaba sencillez, sabiduría, grandeza; capaz de hablar con respeto y familiaridad, a los más humildes. Gran enamorado de la pintura, llego a aproximarse a la restauración… y a practicarla. Amaba, se entusiasmaba; sin aspavientos, sin frases rimbombantes, con naturalidad. Apuntando a detalles de las obras, que expresaban con claridad su conocimiento.
Don Joaquín Rivero, fundó un museo en su tierra natal, Jerez de la Frontera. Acompañado siempre, por su excepcional esposa Doña Elena; y también por su hija del mismo nombre; formaron un trio que rivalizaba en entusiasmo y pasión. Buena familia, modelo para un país. Recomendamos a los aficionados que visiten este museo, para experimentar la coherencia en las elecciones, disfrutar de la belleza de sus obras y recibir una lección de alto coleccionismo.
Nuestros buenos amigos, con los que hemos compartido humanismo, pasión y gozo, han sido actores fundamentales, en este maravilloso recorrido.
Han sido y son, nuestro más valorado y prioritario patrimonio. La divinidad sin duda, les estará mostrando y compartiendo con ellos, la belleza y el misterio de la creación.
Hay también, asombrosamente, algunos, que se han ido incorporando en estos tiempos tan duros.
Curiosamente, aficionados con amor y pasión, muy por encima de la media. Ávidos de comprender: con preguntas constantes, con recorridos intelectuales extraordinarios y progresos pasmosos. Son un fuerte estímulo para nosotros, en estos tiempos de sequía. Ellos nos refuerzan, motivan e ilusionan. Están formando colecciones coherentes, muy meditadas y elegidas. Nuestras largas tertulias, en las que se fragua (entre conceptos, análisis, metodología, historia, maestros e iconografía), fuerte amistad y afecto, con cimientos consolidados.
Estimamos que es un buen tiempo para iniciarse, pues los precios en nuestro mercado, están muy contenidos y se pueden realizar adquisiciones interesantes. Puedo imaginar, que algunos puedan preguntarse, por las características que determinan una compra interesante. Nosotros hemos nacido en una familia de anticuarios vasco navarros, de segunda generación; generalistas de nivel medio alto, instalados en Vitoria. En su escuela de artes y oficios nos formamos en pintura y dibujo; en San Sebastián en arte y decoración; posteriormente en Madrid en restauración; actualmente estudiando Historia del Arte. Desde nuestro inicio profesional, tuvimos una actitud analítica, exploradora, científica y reflexiva. El coleccionismo privado al que se dirigía nuestra atención, fue un foco de gran interés, importante de nuestra actividad intelectual. En él distinguimos rasgos diferenciales con respecto al coleccionismo institucional. Una reflexión que hemos realizado en solitario y que ha día de hoy no ha preocupado e interesado a nadie (no conocemos ninguna publicación que lo haya tratado). A nosotros nos ayudó a definir los criterios, que debían orientar nuestros juicios, para servir a ese coleccionismo no institucional.
El coleccionismo privado, debe ser muy sistemático en sus criterios, si desea conseguir una colección que tenga una revalorización y una liquidez alta. Algunos agentes del mercado lanzan algunos conceptos, como el del “coleccionismo purista”; que consiste en valorar como criterio supremo para una elección artística, la propia sensibilidad, el propio gusto, sensibilizado ante la obra de arte. Sostenemos que este es un pensamiento erróneo en diversos planos. Está claro que invita a seguir un camino fácil; dejarse llevar por la intuición y la sensibilidad: sin análisis de ningún tipo, sin una lectura de la obra, analítica y sistemática, organizada por una metodología científica. El conocimiento del arte, como el de cualquier otra disciplina, exige el esfuerzo de dotarse de las bases fundamentales esenciales, con sus recursos y bibliografía. Sólo el conocimiento objetivo, fundamentado y sistemático, puede orientarnos adecuadamente. No sólo para obtener una colección de alta rentabilidad, sino también para obtener un conocimiento objetivo y un mayor goce de las obras de arte.
Ciertos aficionados, pasan por una época, en su desarrollo como coleccionistas, en la que se quejan de la escasa claridad del mercado del arte; de las falsificaciones, de las malas y erróneas clasificaciones. Les gustaría que el arte y su mercado fuese mucho más fácil. Pues créanos, los que se estén iniciando: no son nada fáciles. Seguramente es al menos, tan difícil, como la tarea a la que ustedes se dedican; así que les recomendamos prudencia. No se autoengañen, no corran, no tengan prisa; rodéense de gente que les aporte objetividad, ciencia, método y coherencia; huyan de quienes les presenten atajos: no existen. La historia del arte es una disciplina que ha desarrollado en su seno diversas metodologías, estas son la puesta en marcha de unos focos, que privilegian determinados aspectos de las obras de arte. Es necesario un esfuerzo de estudio y estar armados de las bases de la disciplina, para afrontar con criterio y elegir entre esas diversas perspectivas teóricas. Cribar la multiplicidad de información y desinformación, tamizar lo importante de lo accesorio o erróneo, constituye un ejercicio de crítica, que es fundamental e indispensable: y será una actividad consustancial al desarrollo del propio conocimiento.
Elegir al galerista de confianza, es una cuestión determinante. Deberíamos tomarnos el tiempo necesario para resolverla. De nuestra elección dependerá en gran medida nuestro progreso en este campo del arte. El conocimiento y las herramientas usadas por nuestro marchante, en el análisis y exploración de las obras; tanto conceptuales, metodológicas, como científicas exploratorias, analíticas, químicas; darán el nivel de valoración a las exploraciones y su validez en el universo del arte: tendrán un mayor o menor consenso dentro de la disciplina y el mercado. Nosotros les invitamos a visitar nuestra galería, no les defraudaremos, si buscan “Artistas” que compran, estudian y venden arte. Ser restauradores y pintores, nos da algunas peculiaridades excepcionales en el mercado, nosotros tenemos la experiencia y el conocimiento de las obras en su interior, en su materialidad científica. Por ello ofrecemos a nuestros amigos-clientes todo el asesoramiento que necesiten. Y garantizamos con garantías contractuales económicas definidas y precisas nuestras clasificaciones. Les esperamos para lo que dispongan en esta área del arte, que es nuestra apasionada existencia.
María Elizari y Pedro Ramón Jiménez