ZARAGOZA, 1458-1480
1. San Julián
Temple sobre tabla Medidas: 75 x 33 cm.
Tomás Giner, es uno de los pintores más importantes de la escuela de Zaragoza del tercer cuarto del siglo XV. En 1458, en la ciudad de Zaragoza, conocemos la primera noticia sobre su actividad profesional. Se le considera el mejor y más afamado de los pintores del “Gótico nominalista,” llamado así por Camón Aznar, al tránsito entre el Gótico internacional y el Gótico hispano-flamenco. Hay que esperar al último tercio del siglo XV para que se manifieste la tendencia realista y exacerbada de este último. A sus 30 años, le encomendaban obras como el Gran Retablo de la Capilla Arzobispal y la Policromía del Retablo Mayor de la Catedral de Zaragoza. Esto denota, que Tomas Giner, era ya un pintor muy reconocido en los medios eclesiásticos zaragozanos. En 1473, se le nombra pintor del Príncipe heredero de Aragón, Fernando I, Rey de Sicilia quien sería más tarde Fernando el Católico.
En esta representación de San Julián el pintor ha logrado plasmar la figura del ideal caballeresco medieval. Representa un joven ataviado con gran elegancia y refinamiento según la moda cortesana del tercer cuarto del siglo XV. Luce sombrero de media vuelta, adornado con una joya y el cabello en forma de melena hasta el cuello. Viste traje corto de brocado que deja ver las calzas de color rojo y unas botas en punta para afinar la silueta. Lleva una capa corta de armiño, síntoma de su alta alcurnia, como santo luce un nimbo dorado y una espada por su condición de caballero. Al fondo tras el muro asoman dos cipreses que son símbolo de inmortalidad. El pavimento del suelo repite motivos geométricos a base de entrelazos de carácter mudéjar. El caballero medieval era un guerrero que lo mismo manejaba la espada que la poesía o la literatura. El carácter y los ideales de éste, estaban rodeados de un aspecto místico en el que se entremezclaban las cualidades de la nobleza, las virtudes de la iglesia y el amor cortés hacia las damas. El caballero ideal debía ser un hombre valiente, culto, leal, piadoso, recto en sus convicciones religiosas, generoso, debía poner su espada al servicio de los pobres y los débiles. El honor, valor, la justicia, lealtad, defensa y coraje, fe, humildad, generosidad, nobleza y franqueza eran las normas de su código. Tratar de hacer todo de forma sincera, no en razón de un beneficio personal, sino porque era lo correcto.
Iconográficamente, puede ser identificado según C. Lacarra, como San Julián “El Hospitalario”, noble caballero y penitente. Se ignora por completo el tiempo en que había vivido y cuál fue su Patria. Es patrono de los posaderos, viajeros y peregrinos, de barqueros y pescadores de agua dulce, es muy venerado en Flandes, particularmente en Gante y en el norte de Francia. Durante la baja Edad Media, alcanzó notable devoción en la Corona de Aragón, a través de los peregrinos franceses que iban a Compostela.
La composición vertical y simétrica dota a esta obra de solidez y gravedad. El caballero, de canon estilizado, pintado en rojos y carmines, contrastados por el complementario verde, sobre los blancos y grises de la piel de armiño, y sus botas negras de agudo perfil, constituye un modelo de la moda de la época. La figura de San Julián destaca sobre un fondo de colores armónicos: rosa magenta del muro, ocre amarillo, negro y rojo, del embaldosado mudéjar, azul claro del cielo y los cipreses de cálido verde. Armonía y contraste pictórico, magistralmente concebido y realizado, donde el limbo dorado y el blanco gorro de piel, enmarcan un rostro sereno, de cabellos dorados. Los gofrados en oro, crean una repetición rítmica, a la par que dotan de la suntuosidad propia de la escuela. Imagen de carácter marcadamente simbólico, representa un ideal, donde la elegancia y refinamiento se conjuga felizmente con el uso de la espada.
Bibliografía de esta obra: Expertizada.— Lacarra Ducay, C., “Dos nue-vas pinturas sobre tabla de Tomas Giner, pintor de Zaragoza”, Universi-dad de Zaragoza 2015.
Bibliografía referente a este autor: Post R.C., “A History of Spanish Pain-ting”, Vol. VIII; Gudiol J., “Ars Hispaniae” 1955; Camón Aznar, “Summa Artis”- Pintura Medieval española, 1996; Gudiol J., “Pintura Medieval en Aragón”, 1971; Mañas F., “Pintura gótica aragonesa”.
Museos que poseen obra de este autor: Metropolitan Museum de New York, Museo de Zaragoza, Palacio Episcopal de Zaragoza, MNAC de Barcelona, Colegiata de Calatayud, Museo del Prado, Museo de Gan-te, etc.